Ya se preveía un agosto negro para el mercado laboral. El propio ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, lo pronosticó el lunes. Pero no tanto. El paro se disparó en 3.325 personas al día. Todos los días. Y así uno tras otro, hasta llegar a 103.085 ciudadanos más sin ocupación al agudizarse la crisis, que ha frenado en seco la construcción y salpica a los demás sectores. Tan brutal incremento se traduce en que los demandantes de un empleo superan ya la barrera de los 2,5 millones, cifra que no se registraba desde febrero de 1998 y que irá a peor, según el Gobierno. En el último año se ha disparado en medio millón.
El desempleo acumula así cinco meses de ascenso. El de agosto dobla al del pasado ejercicio, que ya fue muy negativo, y triplica con holgura al de los tres precedentes. José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a admitir que el dato es «objetivamente malo». El presidente del Ejecutivo lo atribuyó al desplome inmobiliario, que se cobró 38.531 nuevos parados. Los desocupados de esta actividad se han elevado un 71% en un año, frente al 24,7% de todos los inscritos en las oficinas del SPEE, el antiguo Inem. Pero la crisis del 'ladrillo' ha arrastrado a numerosas ramas de la industria -el sector sumó más de 15.800 desocupados- por su impacto en las manufacturas, como los muebles, la cerámica o los electrodomésticos; y ha afectado a los servicios -46.344 personas más sin trabajo-.
El aumento, especialmente intenso entre los hombres -tres de cada cuatro nuevos desempleados son varones-, fue generalizado en todas las comunidades, aunque se cebó sobre todo en la costa mediterránea y Madrid. En Euskadi se registraron 3.065 nuevos parados -un 3,89% más que en julio, frente al 4,2% de subida media nacional-, lo que sitúa el total en 81.910.
Menos contratos
El deterioro de la actividad salpicó de lleno a los extranjeros -13.840 desempleados más y un incremento del 67% en un año- por su fuerte presencia en la construcción. Además, redujo un 18,4% el número de contratos. Sólo un 9,3% de los suscritos fueron indefinidos.
Las afiliaciones a la Seguridad Social también se resienten. El pasado mes cayeron en una media de 244.666 personas. La ocupación retrocede en 148.629 personas en un año, cuando a estas alturas de 2007 avanzaba en más de medio millón.
Estas cifras muestran un perfil del principal perjudicado por la crisis: hombre, hasta ahora empleado de la construcción y con baja cualificación. Esto explica que en la agenda de la primera reunión del diálogo social, que se celebra hoy, y en el programa que anunciará Zapatero en el Congreso el próximo miércoles, una de las medidas estrella será un plan para que 100.000 parados se ocupen en actividades «de interés colectivo» que les aporten experiencia y mejoren sus posibilidades. Por ejemplo, rehabilitar pisos sociales, preservar espacios naturales, prevenir incendios y atender a personas en dificultades.
Pese a los malos datos, el Ejecutivo rechaza cualquier comparación con el bienio 1992-93, cuando España entró en recesión arrastrada por la crisis petrolera. Frente a los 12 millones de ocupados de entonces, hoy se han rebasado los 20 millones; la tasa de paro se elevaba al 22,2% y ahora está en el 10,5%; la cobertura del desempleo apenas alcanzaba al 67,2% y en la actualidad llega al 89,3%; y la afiliación a la Seguridad Social se desplomó casi cuatro veces más.
Fuente: El Correo
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