Crece con pujanza la expectación que despierta entre los votantes. Su falta de experiencia política, como organización, y las dudas que pudiera despertar por ello, corre pareja con la frescura que puede aportar en unos momentos cuando la ciudadanía recela de la “clase” política. El ninguneo despectivo, la ferocidad política de quienes pretenden sacar tajada de la crisis que provocó su ideología, y la crispación que al tiempo niega presuntos desmanes, son tambores de guerra política que llegan desde las filas del PP. De otro lado, esta misma ciudadanía se vuelve hacia el Gobierno esperando soluciones de emergencia, y no hay varita mágica. Los buenos modos del PSOE, entregados a la tarea con mejor o peor fortuna, tratan de dar respuesta a la crispación, la irresponsabilidad y la demagogia. La ciudadanía que no lleva marca de fábrica en su manera de ver las cosas, mira hacia un lado y no le llega el socorro esperado, y mira hacia el otro y piensa: Si habéis llegado hasta esos límites donde tenéis poder, ¿qué será si un día tuvierais el gobierno de la nación?
La UPyD, sin experiencia de gobierno, ha puesto en el punto de mira a la zona sur. Mi consocio en el Ateneo de Madrid, Javier García Núñez, recién nombrado coordinador de Unión Progreso y Democracia en la Comunidad de Madrid, ha comparecido ante la Asociación de Periodistas Madrid Sur, y lo ha hecho acompañado de los doce responsables del partido en esa zona y del coordinador del sureste, Juan Rubio. Conozco a Javier García Núñez, su quehacer en el Ateneo. Aún permanece inédito para mí como político. Sin embargo, desde lo conocido puedo afirmar que UPyD está en buenas manos.
Javier García Núñez en su desayuno informativo con periodistas de la APMS (foto cortesía de UPyD)
Coincido en algunas cosas con Javier, después de mis muchos años de ser testigo de lo que pasa en este ruedo ibérico: Comparto su preocupación por el desempleo que en este sur, bajo el azote de Aguirre, sufre una media de casi el 40%, un 52,39 en Pinto, y un 43,27% en Parla. Doy por buenos sus datos, sin contrastarlos, porque no he conocido jamás que Javier García Núñez mintiera.
Coincido con él en el respaldo que muestra para con el soterramiento de la línea C-5 por varios municipios de la zona sur, y espero que coincida conmigo en la necesidad de soterrar la C-3 a su paso por el municipio de Pinto, y aquella otra de prolongar el Metrosur, de modo que abarque Parla y Pinto, por lo menos. Son estas, ya viejas reivindicaciones del municipio Pinteño.
Aplaudo la predisposición de Javier García Núñez para “apoyar aquellos proyectos beneficiosos para los ciudadanos”, aún cuando, con toda lógica, y antes de que las urnas declaren la voluntad popular, se muestre reacio a los pactos. Esa es la nobleza de la política: desde cada manera de interpretar la realidad, cada cual expone sus fórmulas propias, pero ante los ciudadanos, si lo propuesto les beneficia, el verdadero político consigue enriquecer la propuesta con las suyas propias.
Coincido con Javier García Núñez cuando subraya que las instituciones locales están colapsada debido a la asunción de competencias “impropias”. Quiero recordar que Tomás Gómez, Secretario General de PSM, cifraba ese importe en 1.600 millones de euros.
Difiero, tengo que diferir de Javier García Núñez cuando al hilo de lo anterior se muestra “partidario de centralizar competencias relacionadas con la Sanidad y la Educación, puesto que no reciben la financiación necesaria para desarrollarlas”. Mi diferencia estriba en que sólo en situaciones gravísimas e impensables para mí, el Estado debe retrotraer competencias transferidas a las Comunidades Autónomas. Lo que hay que hacer es cambiar este estado de cosas, hacer que los municipios reciban la financiación comprometida por la Comunidad de Madrid, y ello significa desalojar de su Gobierno a Esperanza Aguirre por insensibiliodad social manifiesta, y conseguir que el voto ciudadano lleve hasta ese Gobierno a políticos que entiendan su dedicación como un servicio público, cuanquiera que fuere su color; lo que hay que hacer, a mi juicio, es consumar esta descentralización, y llevar la autonomía hasta los municipios, dotándoles de mayores recursos; lo que hay que hacer es conseguir que cierta “clase” política entienda que está ahí, por la gatera y a empujones, o porque se ha respetado un resultado electoral, pero ese estar tiene que acreditarlo cada día con su gestión. En ese puesto no está para servir al aparato del partido, sino a los ciudadanos para los cuales gobierna.
Ya ves, Javier, buen amigo. Tenemos muchos puntos de coincidencia, pero uno nos separa, porque yo creo, y sé que tú también, que el pluralismo en cívica convivencia solidaria debe ser nuestra “marca hispánica”.
Ángel Martínez Sampeiro
Fuente: "Punctum Digital"
Fotos: Cortesía de APMS y UPyD