He esperado a hoy, lunes, para escribir esta entrada. No quería hacerlo en caliente y si esperar a leer la prensa especializada ( y otra no tanto) para dar mi opinión sobre los ... digamos "acontecimientos" ocurridos el sábado en Copenhague. Tras mucho leer y reflexionar, sólo se me ocurre una cosa: la "O" del C.O.I., la de "Olímpico" es tan falsa como la del P.S.O.E., la de "Obrero". La candidatura de Río no era la mejor. Y mucho menos la mejor del final. Recordemos que si Rio de Janeiro Pasó a la final fue por la absurda excusa que puso el C.O.I. a Doha: no se pueden celebrar unos JJ.OO. en Octubre. Al parecer eso no es óbice para que los Juegos de verano se celebren... en invierno en el hemisferio sur. De no haber sido por ese absurdo, Río no hubiese llegado a la fase final de Copenhague. Sólo este hecho era más que suficiente para que las demás candidaturas se mosquearan. Pero no fue así. Rio ya había ganado y no se dieron cuenta. Además, lo de la "O-mentirosa" del C.O.I., la que se llama olímpica y defiende al deporte, se apoya en otras tres razones: la primera es que el enfrentamiento U.S.A.-C.O.I. ha llegado a límites inconcebibles. A pesar de que los Estados Unidos aportan la mitad del dinero que recibe el C.O.I. de los distintos países, éste no le perdona que los Juegos de Atlanta fuesen un fracaso, sobre todo económico. La segunda, que tampoco tiene que ver con el deporte, es el interés de J. Rogge por "pasar a la historia" por ser el Presidente que le dio los primeros juegos a Suramérica. Poco importan la falta manifiesta y notoria de seguridad, la falta de plazas hoteleras, el hecho de que las infraestructuras no estén casi ni empezadas, que la gente se muera de hambre por miles en las favelas... "Que gaste dinero Brasil, que algo pillaremos". Y la tercera y más evidente ha sido la cainita actitud de los países europeos que optan a los juegos de 2020: si dos veces seguidas en un mismo continente es casi imposible que se celebren, tres ya ni de milagro, ergo, Madrid no podía ganar nunca. Eso es lo que les importa a nuestros socios europeos el bien del deporte. Absolutamente nada. Pero supongo que no os cuento nada que no sepáis ya.
Para terminar, me gustaría felicitar a Alberto Ruíz Gallardón. Un trabajo admirable.
Fuente: UPyD